2 de abril de 2017

Las espinas de las rosas de San Valentín

Una carrera global ha comenzado para adueñarse de uno de los recursos más valiosos del planeta: la tierra. En todos los continentes, estados emergentes y grandes empresas multinacionales están invirtiendo miles de millones en grandes superficies de tierra en otros países para producir alimentos, piensos para el ganado, biocombustibles o materias primas, o en busca de nuevas oportunidades para sus inversiones financieras.


Pocos países han atraído la atención de tales cazadores de tierras como Etiopía. En una nación que ha vivido grandes hambrunas, están apareciendo ahora grandes granjas comerciales de cultivos para la exportación. Etiopía ha arrendado más de 2,5 millones de hectáreas, un área ligeramente más pequeña que Bélgica, a inversores extranjeros de India, Turquía, Pakistán, China y Arabia Saudita. Estos inversores prometen progreso, pero su llegada puede poner en riesgo los medios de vida de las poblaciones allí asentadas y el futuro de esas regiones.


Un aspecto particular de este fenómeno se está desarrollando en Kenya, convertida en los últimos años en uno de los mayores exportadores de flores del mundo. Numerosos grupos internacionales han invertido en el cultivo de rosas en el entorno del lago Naivasha, creando numerosos empleos, pero plantean también importantes cuestiones ambientales y sociales.

Vamos a estudiar este fenómeno, elaborando un mapa en Google Maps, donde has de localizar estas explotaciones agrícolas en la región de Gambella (Etiopia) y en los alrededores del lago Naivasha (Kenya). A través de marcadores indica los impactos económicos, ambientales y sociales para el territorio y su población.

Materiales de trabajo: Región de Gambella y Lago Naivasha.